Salar de Uyuni, otra vez, mil veces más

Llegamos de madrugada. La lluvia poco amable contrasto con Santuza, amigable dama que entre agua y horas oscuras nos guío hacia un buen lugar, barato y bueno (y limpio, factor importante por estos aventureros lares), hospedaje Marith por solo 25 bolivianos persona, con el baño afuerita nomasssss. Mucho frío si, pero era realmente necesario darse un baño aunque sea a horas de congelada madrugada, mucho trote desde el cruce de frontera, el cuerpo pide. Igual, la humilde pero honrada ducha eléctrica del lugar, realmente salva... y como luego comprobariamos, es mucho más que un lujo.
Buen lugar, hospedaje Marith, facil llegar, se pregunta, el pueblo es chico, o se camina de la plaza central del reloj unas 3 cuadras hacia la mano izquierda.
Con Santuza también contratamos el tour al salar, efectiva la mujer, bajas del tren, te lleva al hotel y te amarra para el tour al día siguiente, 10 am. Además muy buen precio, en 2005 nos cobraron 15 dolares pero luego de un regateo despiadado... ahora fueron 20... 2 años despues y menos regateo también (igual suelen cobrar 25, hay que avivarse).

Partimos 10 am al tour de un día (para los con plata y tiempo hay tours de 3 y 4 días, full salar blanco hasta que el ojo reviente y lagunas con flamingos, geisers y paisajes blancos varios, 20 doloritos por dia), que comprende el cementerio de trenes (es lo que hay....) un pueblito salitrero con pintorescos souvenirs saladitos, el paseo por el oceano blanco, un soso hotel de sal ya medio muerto, y la grandiosa isla del pescado, de lejos lo mejor. A diferencia de nuestra visita pasada (ver http://mochileros.org/blog/?cat=46 ) esta vez hubo lluvia. Al inicio pensamos que nos malograría el viaje, que la sal estaría remojada y el suelo barroso. Inicio el tour con lluvia colérica, pero la rauda camioneta altiplanica remonto y huimos, nubes negras atrás y cielo hermoso con salar espejo acompañaron nuestro camino hacia la isla del pescado, fabuloso mirador, lugar de cactaceas inmensas. No me gusta mucho la lluvia, pero acepto que esta vez la acuosa enemiga estuvo de nuestro lado. Llovió lo necesario como para que el paisaje blanco inmenso reflejase el cielo azul también inmenso..., el resultado grandioso, bello, sin palabras...
Dejo fotos que hablan más (y mejor) que yo.