lunes, 21 de enero de 2008

Barranco, romance y anticucho

Bohemio, adjetivo principal del distrito de Barranco, bueno, también antiguo, contrastado, vecino del mar....
Varios años atrás, muchos artistas peruanos eligieron a Barranco para vivir. Sus calles antiguas, cuna de reputadas familias de la Lima antigua, respiran un aire peculiar, que atrae espirítus libres con un llamado al sedentarismo. La cara mas bonita del Barranco actual llama al descanso bajo sus frondosos arboles. El puente de los supiros es inspiración de enamorados, parejas y disparejas se abrazan mirando desde aqui al sol ocultarse en el Pacífico. Anticucherías (el anticucho es como una brocheta de corazón de res, hecha en parrilla al carbón), restaurates y puestos de comida peruana, postres seductores y bares pintorescos, acompañan el caminar de quien de foraneos y nacionales que visitan el mirador del malecón barranquino. La noche barranquina es bohemia, lo fue, ahora menos, mucho muchacho palomilla maleo poco tiempo atrás, pero la cosa va recuperándose, ahora la movida es más tranquila y siempre abundante, alrededor de la plaza de armas hay pubs y discotecas para todos todos los gustos. Por otro lado, Barranco también tiene su lado oscuro, corralones fríos, cuadras y cuadras de talleres, pero es imposible que el paso del tiempo cruel no de pinceladas de decadencia a todo lugar de respeto.
Para tomar una cervez y mantener una conversa tranquila, no hay mejor que una tarde en el centro de Barranco.


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